Por: Gonzalo Quiñones Vanegas
Teniendo en cuenta que aparte de ser Presidente, es un hombre y funcionario público, y por lo tanto obediente a la Constitución Política de nuestro país, máxime si se llega a ese cargo por votación popular (no confundirlo con un mandato populista), sino como la expresión de la gente que considerò que el señor Petro era el protagonista del “nuevo gobierno del cambio”. La revolución hecha democracia y esperanza. ¿o como el líder del cacareado nuevo orden mundial que se difunde desde Europa, con el Reino Unido y que refleja más egoísmo y exclusión que cualquier otra cosa?.
Ni lo uno, ni lo otro, todo lo ha convertido en una controversia insana, insultos seudo elegantes,pero que no dejan de ser improperios y descalificaciones por montones, que han llevado a nuestra sociedad a la incertidumbre, al desespero y rechazo formal a sus reacciones, que lo distancian de ser proactivo, amable, ejecutivo y sobre todo a un ESTADISTA, UN LIBREPENSADOR CON FORMACIÓN INTEGRAL, Y CAPAZ DE ORIENTAR A UNA NACIÓN COMO LA NUESTRA. Todo cuán distinto, delicado y preocupante y peligroso. Nos estamos desenvolviendo dentro de un entorno de alta exposición e incertidumbre generalizada.
Las reacciones del primer mandatario, como su temperamento, su rostro y su mirada despectiva y descalificadora, han sido puntos de observación que mi amigo Juan Pueblo, nos ha compartido, en los últimos días. Y nos impulsó a averiguar sin ninguna prevención o prejuicio, la manifestaciones psíquicas del señor presidente Petro, alrededor de sus posiciones contradictorias, llamados a la insurgencia, sus inclinaciones a acusar al propio Estado – su patria – ante gobiernos internacionales dizque por el incumplimiento de lo firmado para el proceso paz, protocolizado con los integrantes de las Farc, y ahora afectado por las denominadas alas bèlicas de los guerrilleros históricos de nuestro país.
Consultamos entonces teorías científicas como el síndrome de Asperger, que es un trastorno del neurodesarrollo caracterizado por dificultades significativas en la interacción social y la comunicación no verbal, junto con patrones de comportamiento e intereses restringidos y repetitivos por una persona en un momento dado. Aquí se reflejan el estilo de vida y de gobierno, y el carácter del señor Petro. Son manifestaciones dicientes como la imposición de su autoridad, la forma como selecciona o descalifica a sus propios integrantes de su gabinete, organizaciones e instituciones tanto privadas como públicas. La forma viciosa como endilga, acusa y señala a los anteriores funcionarios públicos, colocando sin ningún recato su espejo retrovisor, para liberarse de su obligación y responsabilidad política y ejecutiva. Señor Petro, Juan Pueblo lo invita a ser más proactivo, que reactivo.
ECOS DEL CUMANDAY
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